Ni la copiosa lluvia ni el frío intenso de un invierno que llegó rotundo y repentino, fueron inconvenientes para llenar la sala de cine en el Avant Premiere de “Caminemos Valentina”, la coproducción chileno-argentina dirigida por Alberto Lecchi y producida por Silvio Caiozzi.
Estuvimos en el pre estreno del martes 07 de mayo junto a estos destacados directores cuya relación profesional se remonta a “Cachimba” (2004), película donde Caiozzi fue el director y Lecchi el productor. En esta oportunidad, fue como una vuelta de mano, invirtiéndose los papeles, siendo para Caiozzi la primera vez desde su larga trayectoria, trabaja como montajista para otro director. “Fue una excelente experiencia, decidí hacer el montaje cuando vi las primeras imágenes y leí el guión. Sentí que Alberto y yo compartíamos la misma sensibilidad narrativa, meterse en la mente de otro director mientras uno está compaginando es algo muy difícil, pero a la vez muy interesante”.
Esta es una historia de amor, comenzó diciendo antes de la exhibición de la película su director Alberto Lecchi, una historia que muestra cómo a través del amor, Sandra Migliore y Valentina Rojas, dos de las víctimas que decidieron formalizar la denuncia de abuso llegando hasta el Vaticano, se enamoraron en este proceso, logrando sobrepasar esa traumática experiencia.
“Una de las principales razones para hacer esta película, fue instalar este tema y lograr que las instituciones, no sólo la Iglesia Católica, dejen de proteger a este tipo de personas- Esa tendencia a proteger, a mirar para el lado y convertirse en encubridores y en cómplices del abusador, es lo que hay que cambiar. Pensar que, tapando un hecho como este, se protege a la institución es un tremendo error, ya que el daño real es tratar de tapar el sol con un dedo, porque tarde o temprano la verdad saldrá a la luz”, enfatiza Caiozzi.
El director de “La Luna en el espejo”, recuerda que hace un par de meses, Sandra Migliore y Valentina Rojas, las dos mujeres que se atrevieron a formalizar la denuncia en contra de la Hermana Bibiana estuvieron en nuestro país en un encuentro que organizó la productora Andrea Films en donde pudieron conversar con las actrices que las interpretaron y presentaron la película a organizaciones que apoyan a víctimas de abusos en Chile. “Fue un momento bien emotivo, me impresionó mucho ver a estas mujeres que lograron salir adelante sobrepasando un trauma tan brutal y logrando sanarse a través de ese amor que nació entre ellas. Tal como dice Alberto, más allá de ser una historia de denuncia, la película también retrata la emotiva historia de amor entre Sandra y Valentina”.
Además de ser una historia verídica basada en el libro “Raza de víboras memorias de una novicia” que escribió Sandra, este es el único caso que existe de denuncia hecha por mujeres que fue aceptado y analizado por el Vaticano. El tema del abuso femenino dentro de la iglesia es un tema tabú, agrega Caiozzi: “No existen denuncias, lo que no significa que no existan hechos de abusos, ojalá todas las víctimas se decidieran a hablar, para de alguna forma poder parar con este tipo de situaciones tan tremendas”.
Desde siempre recuerda que le interesó este tema del abuso de poder desde todas las esferas, esas personas que se creen superiores y que construyen un discurso que avala su conducta, como en este caso en que la actriz chilena, Roxana Naranjo, interpreta en forma magistral a la Hermana Bibiana, la monja formadora de una congregación en Argentina donde abusa de las aspirantes y justifica su actuar amparada en la voluntad de Dios sin sentir ni el más mínimo remordimiento o culpa. El connotado director agrega que debido a la tecnología existe un abuso brutal con las funas vía internet, que tienen el agravante de que al ser anónimas, la persona puede decir cualquier cosa y no tiene consecuencias.
Por eso, Caiozzi enfatiza en la importancia de contar estas historias y dar voz a quienes han sufrido injusticias, destacando la necesidad de que la sociedad escuche y crea en las experiencias de las víctimas, y el papel fundamental puede desempeñar el cine en la sensibilización y la promoción de un cambio social.
En resumen, “Caminemos Valentina” más que una película, es un testimonio de coraje, resistencia y la búsqueda incansable de la verdad y la justicia. Con una dirección magistral, actuaciones conmovedoras y una narrativa poderosa, esta película deja una marca indeleble en el espectador, recordándonos la importancia de enfrentar los abusos y apoyar a aquellos que han sufrido sus consecuencias. En un mundo donde el silencio a menudo prevalece, “Caminemos Valentina” alza la voz en nombre de aquellos cuyas historias merecen ser escuchadas.